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Xabier Eskurza: «Cuando falló Stankovic sabíamos que perdíamos la Copa»

  • Foto del escritor: Miguel Martínez Cháfer
    Miguel Martínez Cháfer
  • 29 abr 2022
  • 6 Min. de lectura

El exfutbolista vasco erró el último penalti ante el Barcelona y dio el trofeo a los culés

Eskurza solo jugó una temporada en el Mallorca RCD Mallorca 1916

En su casa se estilaba más el ciclismo que el fútbol; sin embargo, en el colegió comenzó a enamorarse del balompié. Xabier Eskurza (Valle de Trápaga, País Vasco; 1970) recuerda como si fuera ayer el debut con el equipo de su vida, el Athletic Club de Bilbao, aunque también su complicada marcha de San Mamés. Estuvo bajo las órdenes de entrenadores de la talla de Heynckes, Cruyff, Luis Aragonés o Héctor Cúper y se perdió las Olimpiadas por realizar el servicio militar. Oviedo fue la última ciudad que disfrutó sus cabalgadas por la banda: una lesión le hizo abandonar los terrenos de juego con 30 años.


Se cría en la cantera del Athletic Club hasta que debuta ante el Celta de Vigo y además, en San Mamés. ¿Se estaba cumpliendo lo imposible?


Entré en Lezama con 11 años tras un torneo de Semana Santa y pasé por todas las categorías del Athletic hasta formar parte del primer equipo con 19 años. Mi debut ante el Celta fue algo grandioso. Suelo tener mala memoria, pero ese recuerdo nunca lo voy a borrar. Los que somos del Athletic y conseguimos debutar en San Mamés jamás lo olvidamos.


Tras el debut ante los vigueses, se convierte en un jugador importante y juega en Bilbao hasta que en la temporada 1993 - 1994 decide fichar por el Barcelona. En aquel momento fue una decisión muy polémica.


Jugar en el Athletic era lo máximo, el dinero era secundario. Además, en aquella época estaba vigente el famoso derecho de retención a aquellos jugadores menores de 25 años que habían sido criados en la cantera. Tenía 24 años, mi contrato acababa en el 94 y quería renovar, pero era mi quinta temporada en el primer equipo y sentía que podía cobrar algo más. Empecé unas negociaciones con el club, pero no dieron el brazo a torcer y se amparaban al derecho de retención. Al ver que no podía seguir en el Athletic, llamo a mi representante y le digo que acepte la oferta del Barcelona.


¿Pero su idea principal era seguir en Bilbao?


Lo que yo quería por encima de todo era acabar mi carrera en el Athletic, no había otra opción. Desde que empecé las negociaciones rechacé ofertas de muchos clubes de la Liga, pero cuando me di cuenta de que no iba a conseguir nada me vi forzado a irme. Estaba herido en el orgullo, fue una decisión triste. No fui capaz de ver lo que se me podía venir encima.

El Athletic vendió a Eskurza al Barça y fichó a Jon Andoni Goikoetxea Marca

Cuando el club anunció su decisión, nadie lo entendía. Aparecieron pintadas en Lezama que le definían como pesetero y traidor. ¿Se arrepiente ahora de haber aceptado la oferta del Barcelona?


El club trató de justificar mi salida dando a entender que me marchaba por dinero y fue por todo lo contrario: no querían valorarme como a mis compañeros. Lo que tuvimos no se puede llamar ni negociación, más bien fue un chantaje: como eres menor de 25 años debes aceptar nuestra propuesta. Me tacharon de todo y me pusieron verde. Quizás debí haber realizado una rueda de prensa y explicarme, pero en aquel momento vivía un drama en el que solo quería desaparecer.


Aterrizó en el Barcelona de Cruyff, en el Dream Team. Aquel equipo daba miedo. ¿Cómo era Cruyff? ¿Le sorprendió la idea de juego del técnico culé?


Aunque siempre me preguntan sobre él, yo llegué a Barcelona habiéndome entrenado Heynckes, que era un entrenador con ideas parecidas a las de Cruyff. En cuanto al cambio no lo noté mucho, pero sí que este era diferente en algo: aún estando en el banquillo, seguía siendo futbolista.


Sin embargo, solo dura en Barcelona una temporada. Una lesión le deja cuatro meses fuera y al año siguiente recala en el Valencia. ¿Merecía una temporada más para demostrar el porqué de su fichaje?


Me lesiono muy pronto, en el segundo encuentro ante el Sporting de Gijón en El Molinón, y ya me costó mucho volver a mi máximo nivel. Jugaba, pero sentía que me faltaba algo. Al final de la temporada, Cruyff me dijo que contaba conmigo, pero Luis Aragonés no paraba de llamarme para que fuera al Valencia y al final me convenció. Fue mi decisión en ese momento, pero siempre he pensado que tenía que haber apurado mis opciones en Barcelona.

Con la camiseta azulgrana, Eskurza disputó un total de 19 partidos Sport

En Mestalla juega dos temporadas, incluso obtiene un subcampeonato liguero; no obstante, en la segunda campaña se le aparta del equipo y acaba en Mallorca junto a otros cinco futbolistas procedentes del Turia. No es muy usual que seis jugadores de un equipo acaban en el mismo.


Fue una apuesta del Mallorca arriesgada, pero muy inteligente. Ellos acaban de subir a Primera, necesitaban refuerzos y fichar a jugadores de ese nivel era complicado; el Valencia acababa de terminar un mal año y quería una revolución en la plantilla. Dieron la carta de libertad a jugadores de primer nivel e internacionales y el Mallorca estuvo rápido.


Aquellos seis hombres que desembarcaron en Mallorca fueron importantes para un equipo que acababa de ascender, pero sorprendió a todos. Héctor Cúper tenía como objetivo mantener la categoría y acabó colándose en una final de Copa. ¿Cuál fue la clave de aquel Mallorca?


Éramos un equipo unido, pero un equipo con mayúsculas. Cúper fue el máximo responsable del éxito de aquel Mallorca y construyó algo inolvidable. Fuimos finalistas de Copa y no entramos en Europa por poco. Se acertó en todas las facetas. Nuestra forma de jugar al fútbol no era alegre, pero sí efectiva. No creíamos en que estábamos a nada de ganar la Copa hasta el mismo partido de la final. Era un continuo "vamos viendo".

Una final de Copa con sabor amargo. El Mallorca dominó y aguantó la prórroga con dos hombres menos, pero los penaltis llevaron el trofeo a Barcelona. El suyo fue el último que se lanzó de la tanda y lo falló. ¿Cómo recuerda aquel instante?


Antes de que me tocara lanzar, Stankovic falló su penalti. En ese momento sabíamos que habíamos perdido la Copa. Dejan no erraba ningún penalti, pero ese día lo falló. Cuando me tocó tirarlo a mí sabía que tenía todas las de perder y así fue. Sabía mis limitaciones y aunque era un jugador técnico, el hecho de tirar desde los once metros me sacaba de sitio.


¿Volvería a tirarlo si tuviera oportunidad?


Desde pequeño siempre que tiraba un penalti me podía la presión. Si tuviese que elegir, nunca lo hubiera tirado. Es más, no quería lanzarlo y por eso tiré de los últimos. Era consciente de que no era mi fuerte y habían otros jugadores más preparados que yo. No se trata de lanzar por lanzar, tienen que lanzar los que están convencidos. Me pasó lo que sabía que me iba a pasar y aunque ese fallo no te lo puedes quitar de la cabeza, eres un profesional y tienes que vivir con ello.


Esa temporada no se tocó metal, pero a la siguiente sí; sin embargo, ese año no estaba en Mallorca: había fichado por el Oviedo. ¿Por qué no siguió en las islas?


En principio yo tenía dos años más de contrato y mi idea era seguir, pero tuve problemas con Cúper y me apartó. Otra vez no me quedó mas remedio que irme. Me dio pena irme de Mallorca porque estaba muy integrado, pero si no te quieren, tienes que buscar una salida.


Y acabó en el Real Oviedo donde tuvo a Fernando Vázquez y a Luis Aragonés de nuevo, pero no pudo estar más de dos temporadas y se retiró con apenas 30 años. ¿Cree que podía haber aguantado un poco más o se retiró en el momento justo?


Arrastraba molestias desde que salí del Mallorca en la zona del psoas y esos dolores comenzaron a incrementarse en Asturias. No me dejaban ni entrenar ni jugar, era consciente de que si disputaba un partido lo haría al 50% de lo que era yo. Entonces fui a Bilbao y me dijeron que tenía una artrosis de caballo, a lo que pensé en un tratamiento para reducir el dolor y me contestaron que solo podía aguantar y seguir. ¿Cómo podía empezar una pretemporada si me costaba hasta andar? Era imposible que hubiese aguantado un año más.

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