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La Recopa del Zaragoza: un título mucho más que 'Real'

  • Foto del escritor: Miguel Martínez Cháfer
    Miguel Martínez Cháfer
  • 10 abr 2022
  • 3 Min. de lectura

El conjunto maño asaltó el Campo de los Príncipes y dio la sorpresa en Europa

El Real Zaragoza ganó la Recopa y quedó séptimo en Liga UEFA

El Zaragoza enfocaba la temporada 1994/1995 con ilusión. Tras quedar terceros en Liga y conseguir la Copa del Rey habían logrado el premio de jugar la clásica Recopa, una competición que disputaban los ganadores de Copa de cada uno de los países europeos.


«¿Quién iba a pensar que llegaríamos a la final?», plantea García Sanjuán, uno de los jóvenes centrocampistas que perteneció a aquella plantilla histórica. Para el conjunto maño pensar en ganar aquella competición era «lo nunca visto», pero una genialidad de Nayim consiguió hacer realidad lo inconcebible.


Se empezó a creer en Rotterdam

El camino hacia el triunfo fue sencillo en las dos primeras eliminatorias; sin embargo, Rotterdam fue clave para las aspiraciones blanquillas. Los de Víctor Fernández se veían las caras con el Feyenoord, el primer hueso duro de roer de la competición.


El partido de ida ante el equipo holandés fue duro y los aragoneses perdieron, pero la sensación era otra: pese a la derrota, habían sido superiores que ellos. «Nos ganaron, pero les dimos un soberano baño», afirma Sanjuán.

El partido de vuelta fue decisivo para la continuidad del Zaragoza en el torneo. Necesitaban remontar un resultado adverso y volvían a La Romareda tras una sanción impuesta por la UEFA el año anterior. «La afición nos llevó en volandas durante los noventa minutos», expresa también el exguardameta maño Juanmi García Inglés.


El estadio se convirtió en un jugador más y ayudó a que aquella plantilla comenzase a visualizarse en el Parque de los Príncipes. Sanjuán recuerda aquella noche como una de las mejores de su carrera: «Justo en ese partido sabíamos que podíamos conseguirlo». Y para conseguirlo tenían que demostrar que el Chelsea tampoco podía frustrar sus planes.


'Peace and love'
El equipo de Víctor Fernández visitó Inglaterra con un resultado inesperado SportAragón

«Fue un partido de resultado, no de suerte. No pasamos ningún apuro». Así intenta explicar el que fuera mediocentro blanquillo el sorprendente marcador que dejó aquel choque ante los ingleses. Un sorprendente 3-0 que desató la locura en la grada por partes iguales y originó una de las anécdotas más recordadas del fútbol español, el mito del peace and love.


Este resultado holgado acercaba más al Zaragoza a aquella final, incluso varios jugadores forzaron la tarjeta amarilla para poder estar en París; sin embargo, el exceso de confianza pudo aguarles la fiesta durante la vuelta en Stamford Bridge.


El Chelsea salió a morder, al choque y consiguió poner contra las cuerdas a los de Víctor Fernández con un 2-0 en el marcador. Entonces, Santi Aragón apareció para anotar el gol que le daría el respiro a toda una ciudad. «Cuando mete Aragón, nuestros miedos de no pasar la eliminatoria se esfuman», expresa Sanjuán. El club maño estaba a un partido de conseguir su segundo título europeo.


Un gol inmortal, pero con truco

El equipo estaba a 90 minutos de conseguir un trofeo que no pensaban que iban a sumar a sus vitrinas cuando empezaron la aventura, pero lo que no sabían es que les iba a costar 119. Un final agónico para un gol inmortal.


Los penaltis asomaban y Víctor Fernández decidió a cinco minutos del final de la prórroga cambiar el esquema. Ese cambio táctico pensando en aguantar para los disparos desde los once metros desatascó el partido e hizo que Nayim se encontrara aquel balón que acabaría perforando las redes de Seaman. Una genialidad del jugador ceutí resolvió el choque. ¿Seguro? Sanjuán no lo recuerda así.

Una noche histórica merecía un recibimiento histórico. «La que hemos liado» pensó Sanjuán al llegar a la ciudad. Aquel día, la Plaza del Pilar estaba llena hasta la bandera, «solo había gente y más gente». El Real Zaragoza había conseguido reinar en Europa y darle una alegría a aquella afición que estuvo con ellos cuando años atrás casi descienden a Segunda División.


La temporada 94/95 es una de las campañas más recordadas para los aficionados blanquillos y algo inolvidable para aquella plantilla. Al final se consiguió lo impensable: el Zaragoza coronó Europa y no era un sueño, era 'Real'.

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