Fernando Giner: «Si confías en gente de la casa, los futbolistas cumplen»
- Miguel Martínez Cháfer
- 18 mar 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 27 abr 2022

Fernando Giner (Alboraya, Valencia; 1964) fue un defensa rudo, pero con porte. Se enamoró del Valencia CF desde bien pequeño y aunque vistió otras camisetas, el primer amor nunca se olvida. Soñaba con pisar Mestalla y el sueño se convirtió en realidad durante más de una década. Se retiró de los terrenos de juego, pero siguió ligado al equipo del Turia realizando funciones institucionales. No se puede hablar del Valencia sin mencionar a Giner.
Leyenda valencianista y actualmente es el presidente de la Asociación de Futbolistas del Valencia. ¿Con el paso del tiempo, cómo valora su paso por el club?
Muy positivamente. Cuando estás en activo no lo aprecias, pero una vez pasan los años te das cuenta de que estar tanto tiempo en un equipo es muy complicado. El Valencia lo ha sido todo para mí, ha sido mi vida.
Debutó ante el Salamanca en 1982. ¿Cómo vivió ese momento? ¿Se esperaba debutar o le pilló por sorpresa?
Ya había viajado con el primer equipo semanas atrás, pero ante el Salamanca se dio mi debut oficial a falta de 20 minutos para acabar el partido y con una idea clara: no debía pasar nadie. Creo que cumplí mi objetivo porque me sacaron una amarilla a los 20 segundos de estar en el césped.
Las primeras temporadas en la primera plantilla fueron irregulares y la crisis económica provocada por el mundial del 82 causó estragos en la plantilla y en el club. ¿Cómo vivió la crisis institucional del club?
Para el club fue una etapa difícil, hubo unos meses que la plantilla no cobró. Deportivamente el equipo no iba muy bien y aunque nadie pensaba que se podía bajar a Segunda División, se dio. Pese a la situación, yo viví esos años con plena ilusión por estar con el primer equipo.
¿Cómo fue ese año en la categoría de plata?
Fue un punto de inflexión y lo mejor que le pudo pasar al Valencia a años vista. Después de descender resurgió económicamente y se demostró una vez más que si confías en gente de la casa, los futbolistas cumplen. Subir al año siguiente de descender no es tarea sencilla y nosotros lo conseguimos. Estoy orgulloso de haber pertenecido a esa plantilla.
¿Qué implicación tuvo la afición durante la travesía en Segunda?
Fue espectacular. Mestalla era un estadio de Primera en Segunda División y siempre estaba lleno. Además, dónde íbamos también se llenaba solo por ser el Valencia. Por ellos teníamos en la cabeza volver sí o sí a la primera.
Pese al mal año cosechado, el Valencia aún podría haberse salvado. Todo dependía del resultado en el Cádiz – Betis de la última jornada. El partido acabó 0-0 para sorpresa de muchos y se habló de una sospecha de amaño. ¿Cree que sucedió algo extraño en ese encuentro?
Cuando te estás jugando un descenso y el empate hace que mantengas la categoría, es normal que acabe así el encuentro, es ley del deporte. Nunca he pensado que Betis o Cádiz quisieran que el Valencia descendiera.
El año de Segunda División fue clave para la reconversión del club gracias a Arturo Tuzón. ¿Cómo era el expresidente?
Mi primer contrato como profesional lo firmé con Tuzón, pero él mantenía siempre las distancias. Él se encargaba de gestionar el club y nosotros éramos los futbolistas, así de simple. Es mucho mejor que un presidente no sea amigo de los jugadores a la hora de tomar decisiones.
Con el Valencia de vuelta en Primera volvieron los buenos resultados y los buenos partidos. Siempre será recordado aquel Deportivo – Valencia en el que los gallegos perdieron la Liga tras un penalti fallado por Djukić.
El Deportivo tenía un gran equipo, pero nosotros no les hicimos perder la Liga. Les faltaba nada para ser campeones, pero no fueron capaces de ganar los partidos previos al nuestro. Esa Liga ni se la quitamos ni pasó nada irregular, aunque todo el mundo lo piense.
¿Entonces no es cierto que cobrasteis primas por parte de un tercero para puntuar en Riazor?
Cobramos una prima, pero como en todos los partidos que puntuábamos. Antes era algo habitual. Fuimos profesionales y salimos a por los tres puntos. Además, no solo se estaba jugando la Liga el Deportivo, sino también el Barcelona. Si Djukić hubiese marcado ese penalti, desde Barcelona nos hubieran señalado. Pasara lo que pasara teníamos todas las de perder.

Ese partido marcó un antes y un después entre ambos clubes. Un año más tarde, la final de Copa volvió a enfrentaros. El partido comenzó bastante igualado, pero un fallo suyo provocó el 1-0 por parte del equipo gallego. ¿Recuerda esa jugada?
Cuando eres futbolista tienes que entender que los goles siempre son fallos de alguien. Si cometes un error, lo importante es saber levantarse. Y eso hice, seguí jugando para conseguir ganar la Copa.
Y el Valencia se levantó. Un gol de Mijatovic empató el partido, pero la leve lluvia comenzó a ser cada vez más fuerte hasta el punto de granizar. El partido se suspendió en el minuto 80. ¿Cómo fueron esos momentos sobre el césped?
No ha vuelto a llover tanto en tan poco tiempo como en aquel día. Era imposible jugar. El agua llegaba a las rodillas en los vestuarios. Ni protegiéndonos con los brazos podíamos evitar el daño de ese granizo. La suspensión del partido frenó nuestro buen momento en la final. Estábamos seguros que ganábamos la Copa.

La final no se volvió a jugar hasta tres días después. ¿Estuvo de acuerdo con la decisión que se tomó entre clubes y la Federación?
Fue un error, no se pensó en la afición. Volver tres días después, con los gastos que conlleva, para ver a tu equipo jugar solo 10 minutos fue una mala decisión. Los dos equipos deberíamos haber acordado no disputar esos minutos e ir a la prórroga por respeto al espectáculo.
El partido se reanudó, la Copa se fue a Galicia y fue su último partido con la camiseta del Valencia. ¿Por qué no se entendió con el presidente a la hora de renovar? ¿Cree que su salida no se dio en las mejores circunstancias?
Negociamos durante toda la temporada y manifesté al presidente mi intención de retirarme en el Valencia, pero no quiso escucharme. Me llamó el Barcelona y les dije que no. Pedía menos cantidad de la que me ofrecían. No tenía motivo para darme la baja de un día para otro. No es que el fútbol sea injusto, sino que hay personas a las que les da igual lo que tú quieras.
«Manifesté al presidente mi intención de retirarme en el Valencia, pero no quiso escucharme»
Salió de Valencia, recaló en Gijón y volvió a casa para acabar su carrera en el Levante. ¿Está orgulloso de su etapa final como futbolista profesional?
La etapa en el Sporting fue muy bonita para mí. No me da reparo decir que gané el doble de lo que hubiese ganado en Valencia, pero echaba de menos mi tierra. Finalizar mi carrera en el Levante fue un orgullo. Asumí un riesgo deportivo-social por irme al máximo rival que militaba en 2ª B. La afición granota me respetó muchísimo, les estoy muy agradecido. Quiero que el Levante se mantenga en Primera siempre.
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