España 12 - 1 Malta: Ante lo imposible, una reacción histórica
- Miguel Martínez Cháfer
- 15 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 mar 2022
La selección de Miguel Muñoz consiguió uno de los mayores hitos deportivos

Parecía imposible, pero se hizo realidad. El 21 de diciembre de 1983 fue un día histórico para el fútbol español. España quería estar en la Eurocopa de Francia, pero tenía que marcar 11 goles a Malta para lograrlo. Y no fueron 11, sino 12. «Vamos a hacer tres más», arengaba el seleccionador Miguel Muñoz desde el banquillo. Se logró una hazaña irrepetible.
El partido empezó como acabó, con la selección avasallando a Malta. Desde el primer segundo del encuentro, la presión alta embotelló al rival en su propio campo y el dominio era total por parte de España. Al minuto se señaló un penalti sobre Carrasco y el combinado nacional podía anotar el primer gol; sin embargo, Señor falló la pena máxima. No pasaba nada, el mítico gol de Señor estaba programado para ser el último, no el primero.
Tras varios intentos sin éxito a la hora de perforar la portería de Bonello, un cabezazo de Santillana anotó el 1-0. El jugador del Real Madrid sacó su mejor recurso para hacer soñar a una afición que no paró de animar en todo el encuentro y que solo enmudeció cuando los halcones rojos anotaron el 1-1 en una jugada desafortunada. Pero poco duró el empate: el delantero marcó dos tantos más, colocó 3-1 a los de Miguel Muñoz antes del descanso y consiguió su primer triplete vistiendo la roja.
La primera mitad acabó con una España arrolladora que había encontrado la clave para hacer daño a su adversario: los centros laterales. Malta cerraba muy bien el pasillo interno, pero las bandas estaban continuamente sin marca. Los futbolistas se dieron cuenta y aprovecharon al máximo esta debilidad durante la segunda parte.
Nueve goles y 45 minutos por delante
Los tantos tenían que caer del cielo para que España pudiese ir a Francia. Había que marcar muy pronto para seguir creyendo en el milagro y Rincón anotó el cuarto gol a los dos minutos de que comenzase la segunda parte. La afición estaba eufórica y comenzó a tirar naranjas al guardameta maltés. Ellos consiguieron parar el encuentro durante unos instantes. No paraban de perder tiempo. Querían evitar una vergüenza que sería histórica.
Con 4-1, el ímpetu y la valentía del conjunto español llevó a que Rincón marcase de nuevo después de un clamoroso fallo de la defensa. El futbolista del Betis puso el quinto en el marcador y participó en el octavo en aquellos minutos de la locura en los que España parecía imparable: se consiguieron tres goles en tres minutos.

Aquellos tres minutos marcaron un antes y un después. El equipo dejó de creer en lo imposible para hacerlo realidad, asedió la portería rival y Santillana volvió a aparecer con un gran cabezazo para poner el 9-1. Malta no sabía qué hacer, su juego era inexistente y el tiempo perdido algo recurrente. El árbitro se dio cuenta de ello y expulsó al atacante Degiorgio. Con uno menos, la superioridad en el campo de la selección fue a más y llegaron los goles que faltaban.
Rincón puso el 10-1 y Sarabia anotó el undécimo. Aún faltaba un gol para ver a España en la Eurocopa, pero la grada ya entonaba el ¡sí sí sí, nos vamos a París! Nada ni nadie podía parar al conjunto de Muñoz a cumplir su objetivo. Tras una jugada llena de rebotes, el balón cayó a los pies de Señor que, sin pensarlo, disparó a bote pronto desde fuera del área para conseguir la tan ansiada clasificación. Se había hecho historia.
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