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La Recopa de 1980, un título que no envejece

  • Foto del escritor: Miguel Martínez Cháfer
    Miguel Martínez Cháfer
  • 14 may 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 15 may 2022

El Valencia CF logró colocar en sus vitrinas un trofeo que no tenía tras vencer al Arsenal

Rangers, Nantes, Barcelona y Arsenal sufrieron la furia valencianista Valencia CF

El Estadio Heysel fue el lugar y la Recopa fue el trofeo. Valencia y Arsenal se vieron las caras la noche del 14 de mayo de 1980 para luchar por reinar en Europa. Un partido aguerrido y competido que acabó en penaltis, donde el fútbol no entiende de lógicas y la suerte impera sobre el césped. Pereira se alzó como héroe, Saura alzó la Copa y 42 años más tarde aquel triunfo aún se recuerda en la ciudad del Turia.


«Si hoy nos llamáis es porque quedamos campeones. Es lógico. Se recuerda al ganador, no al perdedor», comenta Pablo Rodríguez (Turón, Asturias; 1955). La ardilla de Ibrox Park tuvo un papel muy importante aquel año: de defenestrado y transferible a titular indiscutible con Di Stéfano. «Era un jugador al que le gustaba jugar en los partidos importantes. Aquello fue tremendo», comenta. Sin el técnico argentino, la historia de Rodríguez no hubiera sido la misma.

Rodríguez comenzó su andadura en Glasgow, siendo titular por primera vez en Europa Pinterest

El entrenador le dio la confianza suficiente al delantero para demostrar su valía y fue clave en dos eliminatorias de aquella Recopa. Sorprendió en Glasgow siendo titular cuando imaginaba «estar caliente en el banquillo» y un tanto suyo en el Camp Nou hizo que el Valencia saliera con una victoria bajo el brazo; sin embargo, ese choque no lo iba a jugar por un dolor incesante en las piernas, pero Di Stéfano volvió a ser importante. «No le valían las excusas y me dijo que un jugador físicamente nunca está perfecto. Acabé corriendo por las escaleras», afirma el atacante.


Aquella eliminatoria ante el Barcelona fue clave para el éxito del conjunto blanquinegro en la Recopa. Enrique Saura (Onda, Castellón; 1954) recuerda la tranquilidad con la que se planteó el partido de vuelta en Mestalla por el 0-1 conseguido en la ida, pero finalmente «la cosa se puso mala». El equipo de la Ciudad Condal apretó y obligó a los chés a remontar, consiguiendo el pase a semifinales (4-3) y logrando un triunfo que se celebró como una fiesta: fue en plenas Fallas. «Formé parte de tres de los cuatro goles. Aquel partido fue una de mis mejores actuaciones. Aquello fue increíble», confiesa el banda valencianista.


Del discurso de Di Stéfano a la agonía de los penaltis

Tras el Barcelona, el Valencia dejó atrás al Nantes francés (2-1; 4-0) con una sublime actuación de Mario Alberto Kempes, quien para la ardilla de Ibrox Park es para el valencianismo «lo mismo que Maradona para los argentinos o Messi para el Barcelona». El Arsenal era el último rival a batir para que Saura pudiese hacer realidad lo que más de una noche había soñado: levantar un trofeo como capitán del equipo de su vida.


Los momentos previos al pitido inicial se vivieron con un aura distinta a lo vivido en partidos ligueros. Di Stéfano arengó a los suyos dando muchas más instrucciones por el calibre del choque, pero su discurso fue el mismo que en ocasiones anteriores: «Nos decía: tenéis que jugar para mí. Al principio no entendíamos qué quería decir, pero luego veías que tenía razón. ¿Si no juegas para el entrenador, para quien vas a jugar?».

Di Stéfano llegó la temporada 79-80 y consiguió su segundo título como entrenador ché Pinterest

El duelo fue «malo y horroroso» para Pablo Rodríguez. El 0-0 en el marcador aguantó 120 minutos y el título se resolvería desde los once metros. La plantilla confiaba en Kempes al tirar el primer penalti de la tanda, pero lo falló. El que nunca fallaba, erró el primero de los lanzamientos; sin embargo, Rodríguez vio el lado positivo: «Lo mejor es que se falle al principio porque hay margen de mejora». Y así fue: Solsona, el atacante asturiano, Castellanos, Bonhof y Arias marcaron, mientras que Pereira paró el primer y el último penalti del conjunto inglés. El Valencia CF conseguía su primera Recopa de Europa y añadía un título inédito a sus vitrinas.


La marea valencianista presente en Heysel se volvió completamente eufórica, Di Stéfano había conseguido otro campeonato como entrenador ché y Saura iba a cumplir su sueño; no obstante, el héroe de aquella noche reaccionó sin más entre tanto júbilo. Carlos Santiago Pereira detuvo el último de los lanzamientos y se levantó con una tranquilidad pasmosa: no era consciente de que había atajado el último penalti. «Se dio cuenta que habíamos ganado cuando vio a todos los compañeros correr hacia él para abrazarlo», resalta Rodríguez.


Un recuerdo a la altura de la gesta

Aquel Valencia de Di Stéfano consiguió dar una nueva alegría a la afición y gestó la consecución de la Supercopa de Europa meses más tarde. La vuelta a Valencia es inolvidable para todos los jugadores presentes en aquella plantilla, sin distinción.


El murciélago sobrevoló Bélgica, pero el equipo llegó a la ciudad del Turia en autobús para festejar con todas las localidades valencianas la gesta conseguida. «Es de esas cosas que vives, pero no te las crees», rememora Saura. «No recuerdo cosas que me pasaron hace dos o tres años, pero siempre tendré presente lo que pasó hace 42», confiesa el asturiano


El 14 de mayo siempre será una fecha recordada por todo el valencianismo. Conmemorar un día tan importante es necesario para que el seguidor ché sepa cuál fue su pasado, que entre tanta oscuridad también hubo luz. Como afirma Saura: «El Valencia fue, es y será siempre un grande».

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