El Burjassot CF, un club forzado a recordar su historia
- Miguel Martínez Cháfer
- 18 may 2022
- 5 Min. de lectura
El decano de la Comunitat logró disputar una temporada en Segunda División

El fútbol regional es una forma de vida para muchos niños y adolescentes. Con lo difícil que es conseguir jugar en un Levante o en un Valencia, vestir los colores del equipo del barrio o del pueblo es un orgullo. Esto es lo que pasaba en Burjassot (València) cuando las fotos eran en blanco y negro o la democracia no estaba instaurada en España; sin embargo, ahora la realidad es muy distinta. «El problema del Burjassot es que el pueblo está al lado de la capital. Es un pueblo dormitorio», confiesa Toni Lloret, exfutbolista del club valenciano en la década de los 60.
Las Piteras primero, El Bassot después y Los Silos en la actualidad han sido los campos de fútbol que han visto crecer a jugadores con gran calidad que han podido dar el salto a otros equipos de mayor calado. Cuna de internacionales españoles como Asensi, el Burjassot ha llegado a participar en Segunda División en la temporada 1939-1940 y ser un club recurrente en Tercera. Desde 1913, sigue luchando para subsistir y continuar siendo el decano de la Comunitat.

No es tarea sencilla seguir vigente después de más de 100 años, una Guerra Civil y una dictadura. Como indica Rafa Guillot, historiador y escritor del libro Aquel sueño del 67, «ha sobrevivido a todas las etapas históricas, aún siendo castigado muchas veces por su posición política». Club Verano de Burjassot, Club Serranos de Burjassot, CD Republicano u OJE Burjassot fueron los nombres que adoptó el club valenciano para poder sobrevivir y poder seguir disfrutando del fútbol en los diferentes campos de barro de la provincia de València.
Un club con filiales
El Burjassot no solo formó a grandes jugadores, sino que también sirvió como prueba de fuego para muchos otros que ya venían dejando rastros de su calidad. Pese a ser un club independiente, la historia del decano no puede explicarse sin nombrar al Radio Juventud, un equipo de jóvenes fundado por el padre de Toni Lloret, Enrique Lloret. «Salimos una camada muy buena de futbolistas», confirma el hijo del fundador de Radio Juventud. Este club hacía la función de filial del Burjassot y servía como trampolín para aquellos que tenían posibilidades de jugar en el primer equipo, como fue el caso de Toni Lloret.
El talentoso extremo dio el salto al Burjassot CF el mismo año en el que se inauguró el campo de Los Silos ante el Atlético de Madrid (1967) y tres años más tarde fichó por el CD Acero para comenzar una andadura profesional que le llevaría a jugar en el Levante, el Cádiz y el Salamanca. Sin embargo, su marcha del club de su vida se dio por un problema personal, ya que él «no tenía pensado salir», pero necesitaba dinero. «Mi madre estaba muy malita y había que operarla, necesitábamos 50 000 pesetas», explica el ahora entrenador de veteranos del Levante UD.

Y aunque no fuese tan importante, otro equipo filial del Burjassot también fue relevante a la hora de sacar buenos jugadores. Los niños que jugaban en la calle veían como sus amigos más mayores disputaban partidos en el Radio Juventud y ellos también querían hacer lo mismo, entonces a Enrique Lloret se le ocurrió la idea de formar un equipo al que llamó Radio Biberón. Aquí comenzaron a jugar todos esos niños que se divertían con un balón por las aceras y de aquí también salieron dos nombres que lograron jugar en la categoría de plata con el Valencia Mestalla: José Bernat Llorens (primo de Toni) e Ignacio Vega.
La ilusión opacó la realidad
El éxodo de futbolistas a finales de los 60 y las ganancias obtenidas tras la inauguración del campo revitalizó la economía del equipo. El Burjassot volvía a aspirar a retos mayores y se propuso el objetivo de volver a Tercera División, algo que no conseguía desde la temporada 58-59. Durante los años 70 y 80 no tuvieron la suerte de conseguirlo, por lo que tuvo que regresar un viejo conocido del equipo para hacerse cargo del club y lograr ese ansiado ascenso: José Bernat llegó a la presidencia en el 93 y en el 95 volvió a llevar al Burjassot a la categoría de bronce. «No es por poca modestia, pero desde que entré conseguí hacer buenos equipos y lograr reconocimiento», señala el expresidente.
Y tiene toda la razón. El primer año con él, el club casi consigue ascender, pero finalmente lo hizo el Gimnástic; durante el segundo año se ganaron todos los partidos, aunque se perdió el decisivo ante el Olímpic de Xàtiva en casa, por lo que optó por contratar a su amigo Ignacio Vega para lograrlo. El dúo que brilló en el Burjassot se juntaba de nuevo. Sin embargo, Bernat sufrió las consecuencias de estar en Tercera. Aunque el equipo tenía ilusión, pensaba que la gente apoyaría más y también las instituciones. «Nos faltaron recursos y por la ambición empezó el declive económico», expresa el que fuera también exjugador del Córdoba.

El Bernat futbolista no entendía la gestión del club, pero esto cambió cuando comenzó estar en el otro lado. Los problemas económicos se agravaron con fichajes de futbolistas impensables para un equipo modesto como el Burjassot, pero las ganas de crecer y de recuperar el gran nombre que tenía en los años 30 y 50 no dejaba ver la realidad. «Por el amor al Burjassot nos volvimos un poquito locos y nos metimos en un 'fregao'», cuenta.
Luchar por la dignidad y por la historia
En València siempre se ha considerado al Burjassot como el decano de la provincia, pero desde hace años el Levante ha sembrado las dudas sobre esta creencia. Los datos históricos validan que el equipo granota se fundó en 1909, mientras que el Burjassot en 1913; sin embargo, hay un detalle que marca la diferencia: el equipo que se fundó en 1909 se llamaba FC Levante, no Levante UD.
En 2009, ambos clubes entraron en una disputa legal por los actos que el club de Alboraya hizo celebrando su centenario, un festejo que para el Burjassot no se corresponde a la realidad porque el actual Levante se formó tras la fusión en 1939 del FC Levante y el Gimnástico FC. «El Levante primigenio desapareció tras su unión y se creó un nuevo club, perdiendo la decanía. Un equipo que se ha deshecho, se ha deshecho», explica Guillot.

La sinergia entre ambos clubes es algo evidente y recogida oficialmente en muchos estamentos del deporte valenciano y español; sin embargo, el razonamiento del Burjassot para defenderse también es lógico. ¿Cuándo un club se junta con otro se olvida el pasado o se tiene en cuenta? Toni Lloret lo tiene claro: «El Burjassot es el decano, no hay más. En el momento en el que el Levante se une y se transforma, pierde la vejez».
Esta pugna por conseguir ser reconocido como equipo más antiguo de la Comunitat es para Guillot «una lucha entre David y Goliat», pero también una vía para que el aficionado al fútbol valenciano no se olvide del Burjassot al ser actualmente un club «muy descuidado», según comenta Bernat.
Los años de gloria han pasado, pero esto no quiere decir que para construir un futuro mejor se deban olvidar. Hay que continuar sin olvidar de donde se viene y quienes echaron las raíces.
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