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El cromo de la semana: José Ángel Iribar (1976 - 1977)

  • Foto del escritor: Miguel Martínez Cháfer
    Miguel Martínez Cháfer
  • 13 mar 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 16 mar 2022


Cromo de Iribar. Ediciones ESTE Todocoleccion.com

José Ángel Iribar (Zarauz, Guipúzcoa. 1943) ha sido uno de los porteros más emblemáticos de la historia del Athletic Club de Bilbao y de la selección española. Durante su etapa como jugador conquistó la Eurocopa de 1964 y con los rojiblancos logró dos Copas del Rey y un trofeo Zamora. En la actualidad, es el presidente de la Asociación de Veteranos del Athletic Club.


Muchas son las historias que se podrían contar de Iribar, pero el cromo elegido para esta primera pieza corresponde a una temporada en la que el guardameta pudo hacer un triplete, pero la suerte no quiso acompañar al equipo.


«Perdimos dos finales por muy poco», explicó Iribar en una entrevista realizada al medio especializado JotDown en 2019. No puede explicarse mejor esa agridulce temporada 1976-1977 que tuvo al cancerbero como máximo protagonista. Pese a quedar en un digno tercer puesto en Liga, la sombra del subcampeonato siguió al equipo vasco en la Copa del Rey y en la Copa de la UEFA.

El Athletic comenzó la 76-77 ante el Racing en San Mamés Pinterest

La Juventus de Turín fue el rival del Athletic en aquella final europea a doble partido, hecho que marcó el devenir del resultado. El conjunto dirigido por Koldo Aguirre llegaba al partido como equipo revelación tras imponerse al Barcelona y al Milán en las eliminatorias previas; sin embargo, no pudo perforar la portería de Zoff y cayó en Italia 1-0. Los leones se encomendaban al rugido de San Mamés.


El partido de vuelta era clave para que el Athletic consiguiera su primer título europeo y la afición acompañó en volandas a su equipo, pero un tempranero gol de Bettega enmudeció a la grada. El valor doble de los goles fuera de casa decidió el resultado del encuentro. Pese a conseguir vencer a la Juventus 2-1, el combinado de Trapattoni se llevó el trofeo a Italia. Este solo fue el primer zambombazo para los del País Vasco, aún faltaba la Copa del Rey.

Para la final de Copa no había excusa, era a partido único. El Real Betis Balompié había acabado la temporada dos puestos por debajo del Athletic Club y llegaba al encuentro físicamente mermado tras la prórroga ante el RCDE Espanyol en semifinales del torneo del KO. Los favoritos para llevarse el encuentro eran los de Koldo, pero el destino quería ser cruel.


Con 1-1 en el marcador al final del tiempo reglamentario, los dos equipos fueron a la prórroga. Las piernas comenzaban a flojear en el lado bético y el Athletic se puso por delante a los 7 minutos gracias a un gol de Dani. El tiempo pasaba, el marcador no se movía y la Gabarra estaba comenzando a desempolvarse hasta que llegó el minuto 116. El atacante bético López perforó la portería de Iribar y mandó el encuentro a una tanda de penaltis agónica.

Esnaola e Iribar en la tanda de penaltis El País

Los penaltis se hicieron eternos en el Vicente Calderón. Se necesitaron 20 disparos desde los once metros para decidir el partido y el que tenía que ser decisivo con las manos, erró con los pies. Iribar quiso continuar con el sueño rojiblanco, pero la mano de Esnaola lo evitó. El cancerbero bético detuvo el penalti a su homólogo rival y Bizcocho anotó el lanzamiento decisivo para que la sombra del subcampeonato siguiera cerca del Athletic. «Cuando me crucé con Iribar le dije lo siento», expresó Esnaola en un reportaje para El País.


La temporada 1977-1978 fue una campaña amarga para Iribar tanto en lo colectivo como en lo personal. No pudo redimirse ganando un título y se retiró dos años después, pero su trayectoria en Bilbao le convirtió en un símbolo eterno.

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